“Quiero contarles mi experiencia en una sesión de constelación individual, después de hacer 2 grupales. En primer lugar, son totalmente diferentes. En segundo lugar, lo viví como un camino de reconocimiento y autoconocimiento. Con una mirada más amplia, amorosa e íntima con mi facilitadora Gisela Palermo. Es una genia total. Te guía para que tu cuerpo pueda expresar todo lo que la mente calla u oculta. En tercer lugar, me fui de la sesión muy tranquila y feliz de sentirme acompañada en este camino de sanación que emprendí de la mano de Gisela”.
Luchi Cabral
Constelación individual
“Conocí a Gise y sentí que era la persona que me ayudaría a sanar el tema que hoy estoy transitando. Me dió turno un día que… ¡Wooow! ¡Era muy especial esa fecha! Cumpleaños de quién fue mi único y gran amor que, desde hace 20 años, está en otro plano. Si pienso en las sincronicidades, esa fue una INMENSA SEÑAL. Llegué y me entregué a una sesión MARAVILLOSA. Gise, con su amorosidad y sabiduría, me recibió. Lloré mucho. Pude "ver" lo que jamás había podido comprobar con otras herramientas complementarias (sin desmerecerlas). Gise es especial. Le coloca a la sesión su mágica impronta. Te lleva a encontrarte con momentos que a nivel consciente no los tenías registrados y, de esa manera, te acompaña a la toma de conciencia para sanar. Solo me quedan palabras de agradecimiento. Si aún no llegaste a ella, te sugiero que lo pienses, saques un turno y podrás coincidir con mi sentir. ¡Te lo aseguro!”.
Monica Mastro
Constelación individual presencial
“Constelación para mi es perdonar y perdonarme. Aceptar y aceptarme. Crecer. Pero lo que más aprendí y aprendo es a conocerme.
Cerré heridas que ni sabía que las tenía, porque se habían escondido dentro mío. Me permitió reubicarme en mi familia y dejar de ser la víctima (sin tampoco ser la culpable). Descubrí que siempre puedo volver a mi, dejando de aceptar que me hagan mal por miedo a perder. En resumen, todo cambió desde que yo cambié.
Me estaba olvidando de lo fundamental: ese espacio es mío, pero sobre todo es mío porque puedo ser yo en todas mis formas de ser. No soy juzgada, ni apagada, ni censurada. Al contrario, soy contenida, aceptada y comprendida”.
